3° F - ACTIVIDAD 56 - LECTURA - TRES MUNDO UN MISMO LUGAR

 Tres Mundos en un Mismo Lugar

En el corazón de Morelos, entre cerros y cañaverales, se encuentra Yecapixtla, un pueblo reconocido por su cecina y sus festividades. Pero más allá de su centro bullicioso, donde la gente se reúne en el mercado y los niños corren con celulares en mano, hay realidades distintas a solo unos kilómetros de distancia. Esta es la historia de tres jóvenes que viven en comunidades cercanas, pero con oportunidades muy diferentes.


Un futuro digital en Cuautlixco

Daniela vive en Cuautlixco, una comunidad en el municipio de Cuautla. Su vida está rodeada de tecnología: en su escuela, cada aula tiene internet de alta velocidad, computadoras y pizarras digitales. Los maestros envían tareas por plataformas en línea, y cuando tiene dudas, consulta videos educativos en su teléfono.


Su mamá trabaja como diseñadora gráfica desde casa, vendiendo sus servicios en línea, mientras que su papá, un médico, usa expedientes electrónicos y telemedicina para atender pacientes a distancia. En las tardes, Daniela toma cursos de programación en línea porque sueña con crear su propia aplicación. La comunicación nunca ha sido un problema: en su familia usan redes sociales, correos electrónicos y videollamadas para hablar con parientes en otros estados.

Para Daniela, el acceso a la tecnología no es un privilegio, sino algo cotidiano. Pero no todos tienen esa suerte.

Entre la tradición y la modernidad en Achichipico

A unos 15 kilómetros de Cuautlixco está Achichipico, una pequeña comunidad rural en el municipio de Yecapixtla. Aquí vive Juan, quien estudia en una secundaria donde solo hay una sala de cómputo con internet lento, y cuando muchos alumnos se conectan al mismo tiempo, la señal se cae. En su casa no tienen Wi-Fi, así que cuando necesita investigar algo, camina hasta la plaza del pueblo, donde hay una red pública gratuita.

Su madre vende productos artesanales y su padre trabaja en el campo. Para obtener clientes, su madre ha aprendido a usar WhatsApp y Facebook con la ayuda de Juan, aunque aún depende del mercado local. En cuanto a la salud, el único centro médico de la comunidad atiende emergencias menores, y para algo más serio, deben viajar hasta Cuautla, donde hay hospitales con equipos médicos modernos.

A pesar de los desafíos, Juan se esfuerza en la escuela y sueña con ser ingeniero. Pero para eso, primero debe vencer un gran obstáculo: la falta de acceso a la tecnología en su comunidad.

Un mundo sin conexión en Texcala

Más allá de los cerros, en un camino de terracería que pocos recorren, está Texcala, una comunidad donde el tiempo parece ir más lento. Aquí vive María, quien camina casi una hora para llegar a su escuela, donde no hay computadoras ni internet. Sus clases se basan en libros y pizarrones, y si necesita información adicional, debe esperar a que su maestro se la proporcione.

Cuando alguien en su comunidad se enferma, la única opción es un curandero local o viajar hasta Yecapixtla, ya que en Texcala no hay centro de salud ni acceso a servicios médicos modernos. Su padre es campesino y su madre elabora tortillas a mano para vender en el pueblo. No hay fábricas ni oficinas, por lo que las oportunidades laborales son muy limitadas.

La forma de comunicación aquí sigue siendo tradicional: la gente se avisa las noticias de boca en boca, y las cartas aún son comunes entre quienes tienen familiares lejos. Solo algunas casas tienen señal de celular, y para hacer una llamada, a veces hay que subir una colina para encontrar una mejor recepción.

A pesar de todo, María no deja de soñar con un futuro mejor. Quiere estudiar para ser maestra y enseñar a los niños de su comunidad sobre el mundo más allá de los cerros.

Un mismo estado, tres realidades

Daniela, Juan y María viven en el mismo Morelos, pero sus oportunidades son muy diferentes. Mientras que Daniela puede aprender cualquier cosa con solo un clic, Juan tiene que buscar formas de adaptarse y María enfrenta enormes barreras para acceder al conocimiento.

La tecnología ha cambiado el mundo, pero no de la misma manera para todos. ¿Qué se podría hacer para que cada niño y joven en Morelos tenga las mismas oportunidades sin importar dónde viva?

 

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